Volveremos a repetir con los clásicos, terrazas y porches...
No me diréis que no es una gozada, eso sí a partir de las seis de la tarde....
Otro clásico entre los clásicos, un maravilloso porche con vistas al mar, os imagináis una comida con ensaladas, sardinas y un vino blanco bien fresquito?
¿A dónde nos llevará esta carretera? a un faro, un acantilado, una playa desierta, a algún lugar con poca gente....
Las habitaciones como esta siempre me llevan a una casa fresca, limpia, sin muchos artificios y perfecta para la siesta o para leer un libro después de una ducha.
Esta fotografía, también de interior, me evoca a una cocina de una casa de playa, o cerca del mar, es una cocina sencilla, blanca, con toques de color y sobretodo para vivirla, usarla...
Un rincón para quedarse, ¿quién ha dicho que se necesite más? la simpleza suma en verano, no os parece?
Apetece cocinar verduras, para un buen gazpacho, unas tortillas de calabacín, un tombet, un trampó...
Y para terminar, piedra y flores, esos geranios en las casas de los pueblos, en los jardines, son los veranos de nuestra niñez y también los de siempre.
Feliz verano a todos!
M.
